"Sedientos", una de las tres obras que Wajdi Mouawad ha escrito para jóvenes audiencias, revela la capacidad que el dramaturgo canadiense tiene de hablarle tanto al público joven como al adulto, "sobre todo a esos adultos que han dejado ir pereciendo o disminuyendo o apagando su niño interior. En la obra podrán verse impulsados a reencontrarse consigo mismos, a través precisamente de la búsqueda o el reencuentro con su niño interior. Entonces, tiene este tremendo apelativo, este amplio espectro de poder tocar emocionalmente tanto a jóvenes como adultos", afirma el director Enrique Aguilar sobre la puesta en escena de esta obra del también autor de "La mujer que cantaba".
La historia empieza en el momento en que a Boon, un antropólogo forense, se le informa del descubrimiento de los cadáveres de dos chicos al fondo de un cuerpo de agua congelado. "Él tiene que dar, no sólo con la identidad de estos personajes, sino con la forma en la que están relacionados con su pasado, y cómo, en este develar el misterio, él se encuentra con sus memorias y consigo mismo, con una parte de sí mismo que se extinguió justo en el momento en el que él estaba pasando de la etapa joven a la etapa adulta; entonces, en ese cambio abrupto donde abandona a su niño interior, no sólo perecieron estas personas que en apariencia puede ser que hayan tenido algo que ver con él y su pasado, sino que él mismo también se dejó morir: a él, a su ente creativo, a su niño que se asombraba de ver las cosas con ojos nuevos, con ojos de niño, valga la repetición".
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En este camino —continúa el director—, en este viaje, él se da cuenta de que, para poder avanzar al futuro no basta con vivir el presente, sino que es necesario estar muy consciente de lo que uno fue en el pasado. "Podríamos resumirlo como una búsqueda de sí mismo, a través de diferentes etapas temporales y cronológicas de vida, ese cúmulo de vivencias que lo fueron conformando y definiendo su personalidad, el cómo ha respondido ante los eventos de la vida. Aparte de que la misma experiencia que lo obliga a retroceder hacia su pasado, él encuentra en ese pasado las razones por las que se fue abandonando a sí mismo, dejando partes de sí mismo en el camino hasta convertirse en esta especie de adulto que dista mucho del joven que fue en sus años mozos".

Algo que le da un valor profundo a la obra es la capacidad de Mouawad de no subestimar a los jóvenes: "Al contrario, creo que los trata con una inteligencia muy interesante; con un enfrentamiento con la realidad y con el poder de la creación que está inserto en la trama misma, este tópico en el que el arte se vuelve tan poderoso que es capaz de transformar vidas y modificar nuestra forma de ver el mundo".
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Aguilar espera que el público, tras ver la obra, se cuestiones que tanto ha dejado de sí mismo en el camino, qué tanto se ha abandonado al grado de ya no poder reconocerse cuando se mira en el espejos: "¿Qué tanto ha abandonado a ese niño interior, ese niño que, repito, se asombraba al ver las cosas que le maravillaron del mundo? Ante tanto tremendismo, ante tanta noticia desalentadora, ¿dónde se coloca uno mismo?, ¿dónde estoy colocado yo en este momento y qué tanto soy ese ser que era hace 15, 20 o 30 años, quizá? , ¿soy el mismo de antes?, ¿me he abandonado a mí mismo?, ¿me he olvidado de quién soy?
La temporada de "Sedientos" termina el 7 de agosto. Puede verse los jueves, a las 20:00 horas, en el Teatro La Capilla (Madrid 13, Del Carmen). El elenco está conformado por Antón Araiza, Mel Fuentes y Nabí Garibay.
melc