La Primaria Rodolfo Menéndez del Centro Histórico tuvo entre sus estudiantes a luminarias como Mario Moreno “Cantinflas” y Gaspar Henaine “Capulina”, pero hubo otro egresado que marcó a varias generaciones a través de vivencias con la naturaleza.
Desde joven, el doctor Santiago Ramírez Galicia generó una gran conexión con su primaria, ahora localizada en el número 59 de San Ildefonso, en el centro capitalino, así como una gran afición por explorar los alrededores de la Ciudad de México.
Por ello estableció un grupo explorador para estudiantes de la primaria Rodolfo Menéndez, mostrándoles lugares, enseñanzas y experiencias que pocos tienen la oportunidad de conocer.
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Su principal intención fue mantener lo más sana posible la infancia y juventud de los estudiantes; él mismo pasó mucho tiempo solo en su niñez, pero jamás erró su camino y quiso garantizar un buen pasatiempo para los más pequeños.

Fundó el GERM y comandó asociaciones de excursionismo mexicano
El texto Excursionismo y Geografía en el México Posrevolucionario explica al excursionismo como “actividad de ocio, de carácter social, que […] también contribuyó a la transmisión de valores sociales y culturales y de conocimientos”.
De acuerdo con sus autores, fue a partir de los años 20 que floreció esta disciplina deportiva y recreativa en nuestro país como un pasatiempo ideal para estudiar la topografía nacional, “vinculado a la salud física y moral […], al conocimiento del territorio y valoración de lo propio”.
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Decenas de alumnos de la Escuela Primaria Rodolfo Menéndez experimentaron la dicha del excursionismo y aprendieron más sobre la Ciudad de México gracias a Santiago Ramírez Galicia, un egresado que dedicó parte de su vida a honrar su escuela.

Nacido en 1913, el doctor Ramírez Galicia recibió preparación en Medicina y formó parte de la primera generación de Trabajo Social por la UNAM, pero mucho antes de eso fue estudiante de la primaria entonces ubicada en República de Guatemala no. 69, en el Centro Histórico.
Su paso por esta institución de educación básica entre 1921 y 1926 lo marcó de por vida, con profesores que se ganaron su respeto y admiración.
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Sus muestras de gratitud con la escuela comenzaron con reuniones para exalumnos y antiguos profesores, como el homenaje que hizo al “mimo de México”, Mario Moreno “Cantinflas” en 1966, quien estudió en la Rodolfo Menéndez en los años 20.

Pero el espíritu aventurero del doctor Ramírez Galicia concretó un proyecto más amplio en 1947, cuando fundó el Grupo Explorador Rodolfo Menéndez (GERM), “a fin de recompensar mis años de estudio en ese plantel e impartir orientación recreativa, cívica y de conducta”, según describió él mismo.
Desde ese año y hasta 1966, Santiago Ramírez orientó a los alumnos –en ese entonces eran sólo varones– a través de sitios apartados de la mancha urbana capitalina, como una forma de ver más allá de los lugares típicos. No era parte del profesorado de la institución, pero sí se convirtió en un ejemplo a seguir para muchos de sus discípulos.
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Su interés por las excursiones y el alpinismo lo llevó a la presidencia de la Asociación de Excursionismo del DF en 1956, para después dirigir la Federación Mexicana de Excursionismo (FME) en 1959.
Una de sus primeras actividades al frente de la FME fue organizar la visita del famoso montañista suizo Raymond Lambert a nuestro país, admirado entonces por ascender más de 8 mil 600 metros del Monte Everest en 1952.
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Durante todo enero de 1959, el experto en alta montaña impartió conferencias y prácticas en picos del Área Metropolitana, a fin de “enseñar a nuestros alpinistas los secretos de las grandes escaladas en las que participó y que ayudarán a mejorar la técnica de los nuestros”, según indicó EL UNIVERSAL.

La administración del doctor Ramírez Galicia también logró el establecimiento de una beca anual para montañistas mexicanos para una capacitación intensiva en la Escuela para Esquí y Alpinismo de Chamonix, Francia, la más prestigiosa en ese momento.
Para finales de octubre de 1961 y a dos meses de terminar su mandato, Ramírez Galicia impulsó el proyecto para la Escuela Nacional de Montaña, bajo el patrocinio de la Comisión Deportiva Mexicana.
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El plan de estudio quedó en manos de su sucesor, así como su inauguración el 27 de marzo de 1962, con los cursos Introducción a la Montaña, Escalada en Roca, Campamentos, Técnica de Alta Montaña y Grutas y Ríos Subterráneos, invitando a los mejores exponentes del montañismo mexicano para capacitar a futuros alpinistas.

Memorables excursiones con el GERM
Arturo Robles Contreras fue estudiante de la primaria Rodolfo Menéndez entre 1946 1952 y recuerda estar en segundo grado cuando el doctor Ramírez Galicia acudió a la institución para formar su querido grupo explorador.
En entrevista para Mochilazo en el Tiempo, Robles Contreras compartió anécdotas sobre el GERM y cómo la iniciativa de Ramírez Galicia motivó a varios jóvenes para acercarse al excursionismo.
“[El GERM] era conocer los alrededores de la Ciudad de México y ampliar el círculo hacia los grandes parques. Se organizaban patrullas de diferentes grupos, pero [sólo admitía] a partir de tercer año; para mí, fue hasta 1948”, recordó nuestro entrevistado.

“Las primeras excursiones eran a Milpa Alta, Xochimilco, Coyoacán, Tlalpan e Indios Verdes, sitios cercanos y construcciones antiguas. Ese círculo se amplió muy rápido, ya después fuimos a La Venta, al Desierto de los Leones, Cuajimalpa, las pirámides de Teotihuacán y Texcoco”, mencionó.
Una excursión del GERM no era cualquier cosa. Robles Contreras compartió su experiencia al visitar el Desierto de los Leones, donde “nos divertíamos grandemente, porque nos metieron al sótano del Exconvento donde se confesaban las monjas y [podíamos] hablar en un área de 15 por 15 metros, de esquina a esquina”.
En esa ocasión también ascendieron la loma conocida como Cruz Blanca “y para no perdernos, nos amarraban con un cordel cada tres metros y cada quien traía un bastoncito. Años después hicimos patrullas y, a veces, nos perdíamos por agarrar veredas que no eran, llegando hasta después de cuatro o cinco horas”.
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Arturo Robles quedó prendado de las excursiones del GERM y continuó asistiendo cuando egresó de la primaria. Según comentó, cuando ya estaba en la secundaria entre 1952 y 1955, visitaron el cerro San Miguel, también en el Desierto de los Leones.

Nuestro entrevistado recordó que Ramírez Galicia “nos llevó a una cueva [en el cerro San Miguel], sacó unas linternas de petróleo y salieron murciélagos. Una vez limpia, dijo ‘aquí, dentro de 15 días, vamos a venir a pernoctar. Ustedes sabrán si vienen o no’”.
“Fuimos tres o cuatro patrullas, con seis a ocho niños cada una. No teníamos tienda de campaña ni sleeping bag, sólo llevamos cobijas y echamos volado para ver qué cobija se quedaba en el suelo [de la cueva] y con cuál nos tapamos; toda la noche oímos ruidos, pero para las 2 o 3 de la mañana, estábamos todos dormidos”, recordó.
Santiago Ramírez tenía amplia experiencia en los sitios a los que llevaba a sus discípulos, además de siempre estar acompañado de estudiantes mayores que ayudaron a proteger a los más pequeños.
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Arturo también recordó cuando el GERM visitó el Ajusco, en especial el ahora parque ecoturístico El Arenal, en el pueblo La Magdalena Petlacalco.

“Es como un desierto pequeño con arena volcánica de tiempos del volcán Xitle. Ellos [Ramírez Galicia y sus ayudantes] llevaron unos costales de yute y decían ‘agárrenlos, empiecen a correr, se suben y así bajan’. Era como esquiar, te movías para un lado y para otro, sin saber absolutamente nada”, compartió Robles Contreras.
Siendo mayores y con experiencia en alta montaña, Arturo y otros compañeros se convirtieron en jefes de patrulla y acompañantes del GERM, guiando a los más pequeños en excursiones junto a Ramírez Galicia.
Como si el estudiante superara al maestro, los experimentados jóvenes enseñaron nuevas cosas a los alumnos, como hacer fogatas o ayudándoles a bajar formaciones rocosas, complementando los conocimientos del doctor.
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Mochilazo en el Tiempo también platicó con Santiago Ramírez Pérez, hijo único del fundador del GERM. Él también fue estudiante de la primaria Rodolfo Menéndez entre 1958 a 1960, además de asistir desde los cuatro años a las excursiones de su padre.

“Recuerdo lo mucho que me divertía, como en las visitas al Desierto de los Leones o el Ajusco, con guerras a bellotazos entre los niños y los partidos de fútbol”, compartió.
Ramírez Pérez también rememoró las jornadas de reforestación con el GERM, sobre todo en el Cerro del Tepeyac, de Guerrero y Santa Isabel.
El grupo explorador tenía un gran respeto por la naturaleza y dedicó varios domingos entre los meses de junio y julio para plantar árboles. La entonces Secretaría de Agricultura y Ganadería reconoció al GERM por su “labor patriótica al organizar y dirigir la plantación de 100 mil árboles” en 1956.
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De acuerdo con EL UNIVERSAL y durante la administración del doctor Ramírez Galicia, la FEM apoyó activamente a la Subsecretaría de Recursos Forestales y de Caza “para establecer una efectiva prevención y combate de incendios [forestales]” y recuperación de zonas verdes a través de los alpinistas.

Se preocupó por el sano desarrollo de las juventudes
Los recuerdos con el GERM y las enseñanzas de Santiago Ramírez Galicia dejaron una huella en viarios estudiantes de la primaria Rodolfo Menéndez y sus familias.
De acuerdo con Arturo Robles, los años que estuvo activo el grupo explorador fueron el mejor momento para conocer los alrededores de la Zona Metropolitana, cuando la naturaleza todavía dominaba grandes espacios y la seguridad no era un obstáculo para las excursiones infantiles.
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Nuestro entrevistado y discípulo de Ramírez Galicia se convirtió en un experimentado alpinista, educándose con libros sobre montañismo, viajando a Suiza para capacitarse con Raymond Lambert y participando en numerosos ascensos a volcanes y cerros.

“Conocimos todo lo que es el Valle de México y un poco más allá a través de los años”, comentó Robles Contreras, recordando algunas de sus excursiones al Pico del Águila, las Charcas cerca de la Marquesa, el volcán Telapón y monte Tláloc, así como el Popocatépetl e Iztaccíhuatl, realizando ascensos cada 15 o 20 días.
“No había chicas, no había tequila, no había vicio; sólo pensábamos qué hacer la próxima semana [en sus excursiones]”, compartió.
El GERM desapareció en los 60, cuando muchos de los egresados y acompañantes más experimentados del doctor tenían mayores responsabilidades por cumplir y carecían de tiempo para continuar con los paseos.
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Su hijo, Santiago Ramírez Pérez, no se encaminó hacia las grandes altitudes como otros miembros del grupo explorador, sino al balompié y desde sus 11 años dejó las excursiones para centrarse en jugar fútbol, algo que su padre también fomentó.

Según comentó a EL UNIVERSAL, el doctor Ramírez Galicia invitó en 1964 a los estudiantes de la primaria Rodolfo Menéndez a integrarse a los equipos infantiles del Club Deportivo Marte, donde su hijo trabajaba como entrenador de liga menor.
Para 1968 y tras la desaparición del GERM, Santiago Ramírez Pérez siguió el ejemplo de su padre y creó el equipo de fútbol Castores, un espacio para “encauzar a los muchachos para que estudien, desarrollen alguna profesión y sean gente de bien”.
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El doctor Santiago Ramírez le tuvo mucho cariño a su primaria y según aseguraron nuestros entrevistados, fue el único exalumno que se involucró tanto en la escuela y mantuvo una gran relación con profesores y directores.

A los miembros del GERM les inculcó disciplina, así como respeto y cariño por la naturaleza, pero, sobre todo, fomentó fuertes lazos de amistad que sobreviven desde hace décadas.
Santiago Ramírez Galicia falleció a finales del 2005 y a más de 70 años de sus iniciativas y paseos, algunos de sus discípulos todavía recuerdan las enseñanzas y cansadas que se dieron bajo su guía.
“Entre mis compañeros, podemos decir que existió un señor [Santiago Ramírez Galicia] de gran categoría que nos dejó grandes conocimientos, que transmitimos a nuestras familias. A mí me dejó toda una vida de joven sano, alegre y amante de México”, concluyó Arturo.

- Fuentes:
- Entrevista Ing. Arturo Robles Contreras y Santiago Ramírez Pérez.
- Hemeroteca EL UNIVERSAL
- Franch, I. & Sunyer, P. & Urquijo, P. & Jiménez, D. (2018). Excursionismo y geografía en el México posrevolucionario: el Club de Exploraciones de México. En Investigaciones Geográficas.